miércoles, 13 de febrero de 2008

Sentidos

Sentidos.

Estoy aquí. Esperándote. Deseosa de ti, de tu tacto. Sé que estás cerca. Te puesto sentir. Puedo olerte. Siento tus pasos firmes. La puerta se abre. Entra luz a este cuarto oscuro. Veo tu silueta a contraluz. Tu cuerpo delineado por luz, contrastado por sombras. No veo tu rostro, pero te conozco. Nos conocemos. No importa como llegaste aquí, no importa como te lo permití. Lo único que me importa es que me poseas. Lo único que deseo es entregarme a ti.

Cierras la puerta. Todo vuelve a la absoluta oscuridad. Te acercas a la cama. Te siento frente a mí. Observándome con todos tus sentido como yo te observo a ti. Te desvistes. Puedo escuchar la tela rozar contra tu piel. Tu respiración. Cada movimiento de tus músculos.

Ahora puedo sentir tu desnudes. Tu deseo. Apoyas tu rodilla en la cama. Tocas mis pies. Tus manos están algo frías. Me provocas cosquillas. Tus dedos se deslizan por mis tobillos. Ascienden con suavidad. Siento las rugosidades de tus manos sobre mi piel. Llegas a mis muslos que ahora son tuyos. Tu cuerpo cada vez más sobre mí. Siento tu calor. Ahora tocas mis caderas. Mis pies rozan tu duro abdomen. Siento tu aliento sobre mis piernas. Tu aliento caliente. Tu lengua toca mi piel. Tu saliva se filtra por mis poros. Siento su tibieza. Respiro. Contengo el aire en mi pecho. Lo dejo escapar en un leve suspiro. Coloco mis suaves manos sobre tus toscos hombros.

Tu lengua recorre lentamente mis piernas. Te internas en su interior. Estas cerca de mi vagína. Muy cerca. Pero no llegas. Tu aliento me estremece, tu cercanía lejana me tortura, me excita. Acaricio tu cabeza. Deseo que tu lengua toque mi sexo. Pero tú continúas tu ascenso. Tu lengua me recorre. Sin prisa. Sin pausa. Tu calor me hace arder. Llegas a mi ombligo. Entras en sus profundidades. Retornas de ellas. Llegas a mis pechos. Llegas a sus cimas. Los invades con tu boca. Los subyuga bajo la bandera del placer.

Siento tu peso sobre mí. Siento que me dominas con tu presencia. Estás entre mis piernas. Tu piel rosa mi clítoris henchido de deseo. Cada contacto crea ondas de placer que me estremecen. Mis manos recorren tu ancha espalda. Con mis dedos siento cada músculo, cada espacio. Siento el calor que mana de ti. Por fin llegas a mi boca.

Tus labios carnosos se adueñan de los míos. Tu saliva me embriaga. Tu lengua irrumpe en mí. Encuentra a la mía, se entrelazan. Siento tus texturas húmedas. Tu boca se adueña de la mía. Tus manos me recorren sin límites. Sin temores.

Siento tu sexo tocar el mío. Siento su dureza en mi humedad. Siento tu anchura avanzar en mi estreches. Siento tu longitud deslizarse en mi profundidad. Siento tu virilidad causar dolor placenteramente permitido en mi. Siento tu suave rudeza en mi fuerte sensibilidad.

Rodeo tu cuerpo con mis piernas. Me entrego a ti. Te hago mi prisionero. Reo uno del otro. Dueño el uno del otro. Presos en las cárceles de nuestros cuerpos. Me posees. Te poseo. Batallamos sin tregua. Nos rendimos sin remedio. No por valor. Por pasión. No por honor. Por nuestro deseo. No por tierra. Por nuestra carne. No por libertad. Por nuestro placer.

Retrocedes y avanzas. Me embistes y me acaricias. Me subyugas y me adoras. Soy tu perra. Soy tu diosa. Soy tu puta. Soy tu amada. Te siento. Siento cada átomo de tu ser enfocado en mi. Siento tu sudor tan masculino, tan bestia, tan repulsivo, tan atrayente. Me impregnas con tu olor. Te impregno con mi esencia.

Alquimisas cada emanación de mi ser. Conviertes mi dolor en placer. Mi placer en gemidos. Me tomas. Tu fuerza. Me fascina tu fuerza. Me fascina tu asperidad, como la envuelves en esa sutileza que me excita. Que me insita. Tu necesidad de mi me esclaviza a ti. Cada poro. Cada milímetro de mi piel. Cada nervio de mi anatomía es tuyo.

Mis uñas se clavan en tu piel. Tu sexo se clava en mí. Siento todo tu peso sobre mí. Siento como tus movimientos hacen temblar mi mundo. Mi vagína emana inconteniblemente fluidos saturados de goce. Nuestras almas se mezclan. Mis gritos. Tus jadeos. Mi entrega. Tu posesión. Mi feminidad. Tu masculinidad.

Algo arde en mi interior. Mis gritos lo anuncian. Mis sacudidas lo confirman. Siento como crece. Como se adueña. Es tu creación. Eres el autor de mi orgasmo. Tú también sucumbes ante el clímax. Unidos en un vacío lleno de nosotros. Siento como tus líquidos calientes entran en mí. Me satisfacen. Me hacen sentir mujer.

Te quedas quieto sobre mí. Dentro de mí. Nuestros cuerpos se enfrían. Nuestras almas se calman. Sales de mí con suavidad. Te acuestas a mi lado. No puedo estar tan lejos de ti. Mi cabeza sobre tu pecho. Siento tus latidos. Mis piernas se cruzan con las tuyas. Siento como mengua tu virilidad. Mis manos sobre tu abdomen sudado. Siento tu calor.

No me importa como llegaste a mi cama. No me importa como llegaste a mi alma. Como te apropiaste de mis sentidos. No me importa que pasara después. No me importa quienes somos fuera de estas cuatro paredes. No me importa mi pasado. No me importa tu futuro. Lo único que me importa es este fugaz instante eterno, este plagio de mis fantasías, en donde solo estamos tú, yo y nuestros sentidos.

3 comentarios:

blackviolet dijo...

"Me posees. Te poseo. Batallamos sin tregua. Nos rendimos sin remedio. No por valor. Por pasión. No por honor. Por nuestro deseo. No por tierra. Por nuestra carne. No por libertad. Por nuestro placer".

Me pregunto cómo has conseguido que desee luchar por la patria... jeje... pero siendo mi patria el cuerpo de Él, dándose la batalla en mis entrañas y gritando no en nombre de un país, sino Su nombre...

Me he sentido patriota, y lo has conseguido agudizando mis sentidos... porque con este texto sólo ellos pueden guiarnos... los sentidos... y mostrarnos los placeres que nos guardas en tus letras!!!:)

Dionysos... considérame una fan incondicional...

Te dejo... vuelvo a la patria? ojalá... jeje!

Mil besos con olor a vainilla, tacto a melocotón y sabor a fresas!!!

thai dijo...

Precioso texto, sensuales palabras, excitante en su conjunto.

Me gustó mucho

Besos y feliz semana

neftis dijo...

Muy bonito.
Besitos.